Saboteadores de tu belleza

Estrés, contaminación, tabaco y rayos ultravioleta son 4 elementos que dañan tu belleza. La explicación es muy sencilla, con el paso del tiempo la piel tiende a deteriorarse siguiendo el proceso normal de envejecimiento cronológico.

Pero además debe enfrentarse diariamente a la acción agresiva de numerosos elementos externos.

La contaminación

Si tienes piel sensible y vives en la ciudad necesitas limpieza con productos adecuados.

Vivir en un medio contaminado significa que nuestra piel está cubierta por una capa de suciedad que bloquea nuestros poros. El aire que te rodea daña tu piel y deposita microgramos de sustancias tóxicas como partículas metálicas y productos de combustión de la gasolina.

Provocando afecciones del sistema respiratorio, en los ojos y en la piel.

 Lo que debes hacer para evitar eso es: limpiar tu piel con productos suaves para liberarla de los contaminantes, especialmente antes de irte a la cama. Si está irritada y es particularmente sensible, evita aquellos productos que contengan sodiolauril salfato (es un detergente y surfactante encontrado en numerosos productos del cuidado personal) una sustancia química que puede aumentar la irritación de tu piel.

El estrés

Todos sufrimos de ataques de estrés ocasionales, y la piel puede ser uno de los órganos en mostrar los signos externos como: sequedad, sensibilidad, manchas y exceso de grasa son algunos de los síntomas que pueden padecer según la persona.

Si estás pasando por un momento difícil debes saber que tu cerebro responde al estrés liberando noradrenalina, que a su vez actúa provocando vasoconstricción periférica y una ralentización de la circulación sanguínea.

 Ocasionando una epidermis opaca y las líneas de expresión sobre la frente y alrededor de la boca se acentúan.

Lo que debes hacer para evitar eso es: algunos momentos de relajación solo para ti, como si se tratara de algo recomendado por el médico y que no puedes dejar de hacer, con media hora es suficiente. Los ejercicios de yoga, respiraciones profundas, leer un libro, un baño calmante, lo que quieras con tal de que estés más cómodo.

El tabaco

Fumar causa severos efectos negativos adversos sobre tu cutis, ya que la nicotina de los cigarros estrecha los vasos sanguíneos en la capa superior de la piel. Además, fumar destruye el colágeno, responsable junto con la elastina, de mantener la piel elástica y fuerte. Otro efecto adicional que tiene el tabaco es que disminuya la velocidad de cicatrización de las heridas. La piel fumadora se caracteriza por tener arrugas y un aspecto grisáceo, resultado de una deficiente circulación.

El efecto de los cigarros es acumulativo, si fumas desde hace poco la capacidad de reparación de tu piel será mayor, pero si ya tienes tiempo fumando tú piel lucirá de un tono apagado y con arrugas.

Lo único que debes hacer para evitar eso es: dejar el cigarro y tu piel dejará de presentar estos efectos.

El sol

Los rayos ultravioleta emitidos por el sol y específicamente los rayos UVA destruyen el colágeno y la elastina, las dos fibras que conforman la estructura de la piel. Una excesiva exposición al sol provoca un debilitamiento de esta estructura, que tiende a ceder, haciendo perder a la cara tonicidad, elasticidad y suavidad. Algunos dermatólogos sugieren que el 90% de los problemas asociados al envejecimiento son el resultado de la excesiva explosión al sol.

Con el paso del tiempo la piel reacciona a las agresiones causadas por el sol mediante la denominada hiperplasia cutánea: el espesor del estrato corneo cutáneo aumenta y la piel e vuelve menos elástica.

Lo que debes hacer para evitar eso es: protegerte siempre de los rayos solares y no solo durante el verano. También cuenta el sol que te da en la cara día tras día. Recuerda que debes utilizar todos los días una crema hidratante enriquecida con filtro UV.

Firma Dr. Luis García López. Dr. Luis García López .Dr. Luis García López.
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