Déficit de vitamina C: causas y enfermedades que puede provocar

La vitamina C favorece el mantenimiento de huesos y dientes sanos y ayuda a absorber el hierro de la dieta. Por ello, déficits en ella pueden provocar problemas, aunque son poco comunes.

¿Qué es la vitamina C?

Desde un punto de vista químico, la vitamina C se puede definir como una lactona de 6 carbonos que es sintetizada a partir de la glucosa (almacenada en forma de glucógeno) en el hígado.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la vitamina C tiene múltiples usos a nivel fisiológico en nuestro organismo. Entre ellos, encontramos los siguientes:

  • La formación de una proteína importantísima para producir la piel, los tendones y los vasos sanguíneos de nuestro organismo. Estamos hablando del colágeno.
  • Sanar heridas y promover la formación de tejido cicatricial.
  • Reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes.
  • Ayudar a la absorción de hierro.
  • Un enorme potencial antioxidante.

Este último punto nos llama especialmente la atención. Este “potencial antioxidante” tan famoso y repetido en anuncios es, ni más ni menos, que la capacidad de prevenir o retardar la oxidación de otras moléculas. Durante la respiración celular (el metabolismo) se producen, además de ATP, dióxido de carbono y agua, una serie de moléculas residuales, conocidas como radicales libres.

Estos radicales libres tienen el potencial de oxidar estructuras esenciales, como son el ADN y ciertas partes de la maquinaria celular. Esto se asocia a procesos de envejecimiento prematuro e incluso enfermedades graves, como puede ser la aparición de un cáncer. La vitamina C y otros antioxidantes se oxidan ellos mismos, “atrapando” a los radicales libres e impidiendo la oxidación de otras moléculas esenciales. Por ello, entre otras muchas razones, es tan importante la ingesta de vitamina C en la dieta.

Causas de una deficiencia de vitamina C

En la mayoría de los casos, el motivo subyacente de una carencia de vitamina C es una falta de ingesta en la dieta. El escorbuto (la manifestación clínica más grave) es una afección muy poco común en la sociedad occidental, pero no debemos olvidar que las regiones más desfavorecidas siguen presentando altos índices de prevalencia debido al hambre y la falta de alimentos.

Si tienes disponibilidad alimenticia pero te han diagnosticado una falta de vitamina C, seguramente te indicarán que debes ingerir más frutas y verduras, entre las que se encuentran las siguientes: kiwi, mango, papaya, melón, piña, brócoli, espinacas, tomates, patatas y otras frutas y vegetales frescos. También se puede recomendar, en ciertos casos, la ingesta de este nutriente mediante cápsulas orales.

Algunos eventos pueden aumentar la demanda de vitamina C a nivel individual, lo que podría desembocar en una falta de la misma en el organismo. Algunos de ellos son la lactancia, el embarazo, diarrea, hipertiroidismo, trastornos que causan inflamaciones y fiebres e incluso tabaquismo. Resulta verdaderamente interesante conocer que las personas fumadoras aumentan su demanda fisiológica de vitamina C en un 30%. Otro de los innumerables motivos para no fumar.

Síntomas de una falta de vitamina C y enfermedades asociadas

Diversos portales médicos recogen los signos clínicos más comunes de una falta de vitamina C en el organismo. Aun así, estos no aparecen hasta semanas-meses después de la depleción (extracción o pérdida de un líquido, como la sangre, o disminución notoria de sustancias contenidas en él, como los electrolitos) del nutriente en la dieta. Entre ellos, encontramos los siguientes.

  • Cansancio, debilidad e irritabilidad.
  • Dolor e inflamación de las articulaciones. Recordemos que es esencial para la formación de colágeno, una proteína importante para la reparación de tejidos y la formación de cartílago articular.
  • Piel áspera y reseca.
  • Cabello seco.
  • Mala cicatrización de las heridas.

¿Cuánta vitamina C debo consumir?

En principio, no te preocupes. Múltiples organizaciones que estudian los requerimientos nutricionales en situaciones de normalidad estiman que la cantidad adecuada diaria de una persona sin patologías ni adicciones de vitamina C es de 90 miligramos diarios en hombres y 75 en mujeres.

Para que te hagas una idea, 100 gramos de naranja tienen unos 50 mg de vitamina C, mientras que la misma cantidad de pimiento rojo reporta unos 150 mg. Por ello, si comes de forma relativamente asidua frutas y verduras, es bastante difícil sufrir este tipo de avitaminosis. En el caso de mujeres embarazadas se recomienda aumentar esta cantidad hasta los 85 mg/día, mientras que las lactantes deben alcanzar los 100 mg/día.

En el caso de las personas que fuman asiduamente, hay que sumar a estos datos basales un mínimo de 35 mg/diarios, alcanzado hasta los 2.000 mg al día según el consumo de cigarrillos. En general, a partir de los 2.000 mg de ingesta diaria se considera que pueden aparecer diarreas y ciertos desajustes, razón por la cual no se recomienda sobrepasar este valor.

 

Referencias:

Médico+
https://medicoplus.com/nutricion/deficit-vitamina-c

Firma Dr. Luis García López. Dr. Luis García López .Dr. Luis García López.